lunes, 2 de mayo de 2011

Las toxinas en los alimentos

En muchas ocasiones los alimentos que ingerimos no son tan saludables como parecen. Muchos alimentos son tratados con diversas sustancias que sirven para mejorar su sabor, conservarlos durante más tiempo, evitar que sean atacados por las plagas, etc. Estas sustancias, pueden llegar a causar enfermedades crónicas, como puede ser el aumento del asma, problemas de fertilidad, diabetes, o distintas enfermedades autoinmunes.

Un ejemplo de estas sustancias son las dioxionas, unas sustancias cancerígenas presentes en multitud de sustancias que todos los días se vierten incontroladamente al medio ambiente, como puede ser el cloro, los plásticos, pesticidas, humos, etc. El problema es que estas sustancias una vez que llegan al medio ambiente, pueden incorporarse a la cadena alimentaria y ser ingeridas por nosotros mísmos.



 Los datos muestran que las enfermedades como el cáncer, las alergias, el asma, la demencia senil,etc. están aumentando considerablemente en los países más industrializados, y posiblemente esto sea debido a la contaminación del medio ambiente. Unos 50 estudios han relacionado la exposición a contaminantes con la aparición de la diabetes tipo 2, una enfermedad que afecta ya al 10 por ciento de los españoles. Según las predicciones se cree que en 2050 la mitad de la población europea podría ser diabética.

Según las recomendaciones de Sanidad el menú estándar de un niño debería contener mucha fruta y verdura, lácteos y poca grasa. Sin embargo el resultado de análisis de éstos alimentos mostró que contenían 128 residuos químicos de los cuales 47 eran cancerígenos.

Las leyes sanitarias reconocen que estos productos son dañinos para la salud, sin embargo argumentan que las cantidades de estas sustancias en los alimentos que comemos son ínfimas y por lo tanto no afectan a nuestra salud. Sin emabrgo el problema es que estas sustancias son bioacumulables, esto quiere decir que se van acumulando en nuestro organismo a medida que las vamos ingiriendo, por lo que con el paso de los años podríamos acabr por tener una cantidad que tuviera un efecto dañino.

Debemos ser los ciudadanos los que intentemos cambiar esto ya que a los grandes empresarios no les interesa cambiar su forma de producción. Lo más rentable para ellos es seguir utilizando éstas sustancias y vertirlas al medio ambiente de forma incontrolada, como por ejemplo utilizar plaguicidas para proteger sus cosechas, ya que una agricultura sostenible requeriría más esfuerzo.

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