La evolución del homo sapiens ha ido ligada al desarrollo de las habilidades para conseguir alimentos de mejor calidad. Diversos estudios paleontológicos y médicos confirman que la preparación de la comida con calor perfeccionó el funcionamiento del metabolismo humano y permitió que los primeros homínidos evolucionaran hasta convertirse en el ser humano actual.
Sin embargo ya en el siglo XIX se empezó a plantear si comer cocinados los alimentos era lo más natural. Lo que está claro es que una diferencia clara con nuestros eslabones evolutivos más cercanos, es decir los gorilas y chimpancés, es que ellos nunca se han interesado por los alimentos cocinados.
En experimentos realizados con personas que únicamente ingerían alimentos sin cocinar se llegó a la conclusión de que ésta dieta disminuía el peso corporal en un tercio, lo que provocaba el riesgo de tener una pobre ingesta de calorías.Sin embargo es sabido que las personas que consumen vegetales cocinados, aunque no consuman carne no sufren ese déficit de calorías y pueden obetener tantas calorías como en una dieta en la que se incluya la carne.
Los alimentos cocinados son mucho más digeribles ya que la comida, al contacto con el calor sufre una serie de cambios, que simplifican, fragmentan y ablandan las diferentes sustancias haciéndolas más fáciles de asimilar.
¿Y COMO INFLUYÓ ESTO EN LA EVOLUCIÓN HUMANA?
Los primeros homínidos que comenzaron a utilizar el fuego parece ser que fueron los Homo habilis, ya que estos seres, muy similares a los monos actuales trepaban árboles en dónde hacían prácticamente la totalidad de su vida.
Sin embargo su sucesor, el Homo erectus sufrió cambios muy importantes como el aumento de la caja torácica, la talla corporal, y la capacidad craneal( un 42 % mayor). Estos cambios son atribuidos casi con certeza a un cambio radical en la dieta, probablemente causado por el uso del fuego para cocinar los alimentos.
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